La chica que lo tenía todo: el nuevo éxito de Netflix
Basado en hechos reales pero tiene a una inspirada Mila Kunis
La carrera de Mila Kunis ha sido algo errática. Tras darse a conocer con la televisiva 'Aquellos maravillosos 70', trabajo no le ha faltado, pero tampoco terminó nunca de dar con ese gran éxito que la catapultase. Es verdad que supo reponerse del enorme fracaso de 'El destino de Júpiter' con el gran éxito que tuvo 'Malas madres', pero fue algo no tuvo la continuidad deseada.
Ahora ha regresado con 'La chica que lo tenía todo', adaptación de la novela de Jessica Knoll basada en hechos reales vividos por ella misma que se ha convertido en el nuevo éxito de Netflix al alcanzar el número 1 en la gran mayoría de países en los que está disponible la plataforma. Por desgracia, lo que acaba ofreciendo al espectador es un discreto thriller con mejores ideas sobre el papel que lo que acaba ejecutando en pantalla.
Desde el primer momento de 'La chica que lo tenía todo' resulta evidente que el personaje interpretado por Kunis es bastante especial. Sus objetivos profesionales están muy claros y muestra una gran determinación por conseguirlos, pero detrás de esa fachada de seguridad hay una mujer que se vio envuelta en un suceso de lo más traumático del que todavía no ha llegado a recuperarse.
La película va saltando en multitud de ocasiones al pasado para mostrarnos qué es lo que sucedió entonces, ya que además hay dos hechos conectados que por sí solos ya habrían marcado la vida de cualquiera. No entraré en detalles al respecto porque 'La chica que lo tenía todo' juega precisamente con el enigma alrededor de ellos para dar mayor profundidad al relato, pero nunca termina de conseguir la contundencia que busca con ello, sea cuando toca ilustrarlo en imágenes o por las consecuencias derivadas de esto en la actualidad.
Es cierto que el recurso de la historia fracturada resulta intrigante durante los primeros compases, ya que es un buen añadido al hecho de convertir a la protagonista en narradora, pero una vez sentadas las bases, 'La chica que lo tenía todo' nunca despega. Por un lado, es como si el guion de la propia Knoll fuera incapaz de desarrollar ese toque más distintivo y en su lugar echa mano de multitud de subrayados innecesarios que van quitando fuerza a lo que debería haber sido una obra contundente y sin contemplaciones.
Lo que acaba quedando en 'La chica que lo tenía todo' es un thriller difuso -nunca termina de tener muy claro qué tono quiere tener- y algo repetitivo que Mike Barker, un director que llevaba desde 2007 realizando únicamente episodios de series como 'El cuento de la criada' o 'Fargo', no logra enderezar. Sí que hay momentos aislados en los que se juega con lo inquietante con relativa fortuna, pero a la hora de la verdad también acaban cayendo en saco roto.
Eso no quita para que la fuerza inherente de lo que está contando llegue a ciertos espectadores, pero aquí el problema es cómo se cuenta. Muchas veces se comete el error de que porque una película cuenta algo importante ya pasa a ser buena. Aquí sucede eso pero en lo referente a la intensidad dramática, siendo consciente en multitud de ocasiones que lo que está contando debería ser mucho más impactante y no algo que incluso podría ser la base para un olvidable telefilm de sobremesa.
Lo que nos queda al final con 'La chica que lo tenía todo' es un thriller frustrante que no exprime ni la parte de misterio ni su componente más dramático. No me cabe duda de que con este material se podría haber hecho una película mucho mejor, y es una pena que no lo hayan logrado, pues Kunis sí que da la talla para liderar un relato de estas características.