Guillermo Pfening y una película inspirada en su madre, adicta al bisturí
El Marcosjuarense trabaja sobre la historia de su madre, una médica dermatóloga con problemas psiquiátricos
En cuarentena, con las cámaras apagadas y la pandemia destrozando proyectos, la película está rodándose en su cabeza, con protagónico de Cecilia Roth. Guillermo Pfening apenas tuvo que meter mano a los recuerdos, volver a Marcos Juárez, a la casa de aquella médica dermatóloga que era su madre, cuya imagen distorsionada la llevaba a cirugías estéticas constantes.Un día Guillermo abrió la puerta y le costó reconocerla. Su mamá habitaba ese cuerpo, pero "era y no era".
Sobre la distorsión de la imagen y sobre el propio recuerdo que es también -en parte- un juego de distorsión- trabaja Guillermo.Alicese llama el filme que estaba en proceso de producción cuando lo detuvo el coronavirus y cuando fue seleccionado para el Málaga Festival Fund & Co-Producion Event, que terminó desarrollándose de manera virtual.
Pfening, 41 años, director que Caito,usa universos propios para las historias que dirige. En Caitoactuó junto a su hermano Luis, quien vive con distrofia muscular. "¿Qué me voy a poner a buscar historias si puedo reflexionar sobre lo que viví?", se ríe. "Alice le decían a mi mamá, Alicia, con quien viví hasta los 18. Yo acompañaba a una mamá con problemas psiquiátricos".
-¿Por qué y cómo se mete uno en un tema materno tan delicado?
-Yo no hago esta película para sanar, sí para hablar de temas cercanos que conozco. Mi mamá ya no vive. Su historia me inspira para hablar de cómo se empuja desde tantos lados a lograr la belleza eterna. Al bótox recurrente. Y cómo las mujeres son víctimas. Hablar de cuando se pierde un límite.
-¿Qué escena real disparó la idea?
-Mamá ya vivía en Buenos Aires y un día fui a visitarla. Me costó reconocerla. Y ahí empecé a comprender que eso se le había ido de las manos. Me interesa la idea de distorsión en cuanto a cómo uno se percibe. La cámara está muy puesta en la imagen, con lentes especiales, cerca, lejos. Hay mucho plástico. Plástico en los manteles, en todo.
-¿Cómo fue tu vida junto a ella?
-Al ser una mamá con problemas psiquiátricos, la cuidaba y cuidar a otros es también descuidarte. El amor que me podía dar era inversamente proporcional al que no me podía dar. Polarizado, extremo.
La sinopsis dice "Alice es adicta a tratamientos que se practica frente al espejo en su casa, sus rasgos hoy son grotescos, un dia se somete a una operación clandestina". ¿Cuánto ocurrió realmente?
-La adicción ocurrió y la mayoría de los tratamientos (aplicaciones de bótox) se los hacía ella en su casa. Lo demás, es un tema muy privado.
-¿En parte, ser actor fue una respuesta, salir a buscar algo que te liberara de todo eso?
-El motivo fue cambiando mucho. Cuando era chico, al conocer la actuación solo por la televisión y no por el teatro, quería irme a Buenos Aires para trabajar en la tele. Ya en la adolescencia me empecé a meter en el mundo teatral, a leer a Castañeda, a Nietzsche y a todos los que me arruinaron la vida (se ríe). Actuar partía de una necesidad de expresar. Después descubrí que me gustaba dirigir, que como actor estás al servicio de alguien y como director ya te hacés cargo del barco.
-Soñar con hacer cine en medio de una pandemia es un acto de fe...
-Sí, pero la película ya está toda en mi cabeza, en co-dirección con Carolina Stegmayer. Estamos buscando socios para la financiación Estimamos el rodaje para 2021, en Buenos Aires, en Morteros, la ciudad natal de mamá y en la laguna de Mar Chiquita. Fue rarísimo, porque la revista Variety cubrió el Festival de Málaga y terminó destacándonos.
Pfening significa "penique" en alemán. El apellido empezó a sonar en la televisión argentina en 2000, por Verano del '98. Después, el cine se transformó en el territorio en el que Guillermo más exploró: tiene más películas filmadas que años. En 2015 su nombre resonó por una noticia extra laboral: el actor fue padre de Asia junto a una amiga, Cynthia Pinasco. La decisión de la paternidad separada de la idea de pareja.
Las noticias europeas lo devuelven a los primeros planos como el argentino protagonista de la serie españolaFoodie Love. Lo que muchos críticos catalogaron como ficción Millennial es una comedia romántica que lo llevó a filmar por Barcelona, Roma y Francia. El sello de la directora Isabel Coixet (Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras, La librería) se imprime en ocho capítulos cortos sobre una cita a ciega con la gastronomía como punto común.
Emitida por HBO España (sin fecha de estreno aquí), la ficción ahonda en "la relación de dos personas que vienen lastimadas pro amor y les cuesta cerrar una herida anterior". Cuenta Guillermo que "no hubo casting". Coixet había sido coproductora de Nadie nos mira,la película de Julia Solomonoff que él protagonizó en Nueva York junto a Elena Roger. "El papel es tuyo", le dijo.
"Me devoré los guiones. Pareciera una historia un poco snob para alguien de Latinoamérica y de clase media como yo, por eso quería humanizar al personaje. Es un tipo muy vulnerable", describe. "Allá es común que se explore la comida de elite".
Un algoritmo que conecta a una potencial pareja por su pasión culinaria, una primera cita que transcurre entre diálogos sobre ramen y yuzu japonés. Emoticones, viñetas, lenguaje visual. El concepto de la comida y su marketing antes que el acto de comer. Planos detalle, sabores, algo de poesía, algo de pose, esa idea de los treintañeros como templos del ego, esa noción de instagrammer que disfruta de la foto del plato más que del plato en sí.
¿Cómo ser actor y no pensar en que todo tiempo pasado fue mejor? ¿Cómo no sentir desesperación en medio del parate de esta pandemia que cambia el paradigma y amenaza a la producción audiovisual? "Yo creo que cuando esto termine va a existir mucho trabajo para los actores", lanza optimista el señor del apellido alemán. "En cuarentena las plataformas están ganando mucho dinero y van a querer volver a salir a filmar".